Hay algo con lo que podrías disminuir el malestar y la tristeza, manejar mejor las emociones, reconciliarte con tu cuerpo y disminuir tus conductas compulsivas. Ese algo es el autocuidado, o lo que es lo mismo: los primeros pasos para volver a tu centro, a lo que necesitas. Cuidarse es ponerse a uno mismo como prioridad. A veces hacemos de otra actividad o de otra persona el centro en el que gira nuestra vida, pero la prioridad constante a lo largo de nuestra vida debemos ser nosotros mismos
Hay personas que no aparecen en su propia agenda, ni siquiera para cubrir sus necesidades básicas de sustento: comen deprisa, y comen comida basura que, en muchas ocasiones, ni si quiera les gusta, no hacen ejercicio, no descansan. Algunos indicadores de que no uno no se está cuidando bien son: sentir que nos falta tiempo, no practicar actividades placenteras, fatigarse, tener constantemente dolor de cabeza, de espalda o estreñimiento, tener cambios de humor, tener las cosas desordenadas y, en muchas ocasiones, manifestar alguna conducta compulsiva.
Autocuidarse es hacer lo que nos sienta bien de forma cotidiana, aunque pueda resultar difícil, es tratarse a uno mismo con amor. Piensa en las personas que más quieres, tu hija, madre, hermana, padre, pareja, amigos: ¿dejarías a tu hija sin comer? ¿Le dirías a tu madre que su cuerpo es feo? ¿Por qué hacerlo entonces con uno mismo? ¿Para qué descuidarse/maltratarse de esa forma?
Pero es difícil cuidarse a uno mismo cuando eso no se ha aprendido (es decir, cuando no se han recibido las pautas y cuidados necesarios en la infancia).. La buena noticia es que el cuidado personal es una habilidad, y como tal, puede aprenderse. Idealmente el amor y la seguridad recibidos en la infancia permitirían que hubiéramos desarrollado la confianza para ser conscientes de que nosotros mismos podemos satisfacer nuestras necesidades. Cuídate con amor y paciencia, dale la misma importancia al tiempo que te dedicas a ti que al que le dedicas a otros proyectos, no te juzgues demasiado, o mejor, no te juzgues nada. No desfallezcas y lo conseguirás.
Este artículo ha sido escrito por Elena Marín Altozano, Psicóloga General Sanitaria en prácticas (Master de Psicología General Sanitaria de la UIV).
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