Niñas y niños interpretan el mundo de manera muy distinta a los adultos.
El juego es para los pequeños el modo de expresión más sencillo y orgánico.

A través de la terapia de juego, también llamada terapia de caja de arena, pueden resolver los conflictos que sienten, pero ni entienden ni saben explicar, aprenden a dar sentido a sus vivencias, en un entorno de calma y seguridad.

La terapia de juego ayuda a niñas/os con ansiedad, irritabilidad, angustia, retraimiento, terrores nocturnos y una larga lista de otros problemas que aquejan a los más pequeños, incluidos síntomas físicos sin causa médica.

Especialmente efectiva en casos de vivencias traumáticas o muy difíciles: trauma de nacimiento o postnatal, cualquier tipo de maltrato (físico, emocional o sexual), violencia familiar, abandono emocional, duelo. También cuando se convierten en testigos de violencia familiar o social.